Vamos con la receta
La receta de partida es la siguiente (vamos a elaborar 1 kg):
Aceite de coco .......... 20% (200gr)
Aceite de ricino ........ 10% (100gr)
Ácido esteárico ......... 10% (100gr)
Sosa cáustica ............ 5% (50gr)
- diluida en Agua ..... 10% (100gr)
Azúcar .................. 20% (200gr)
- diluida en Agua ..... 10% (100gr)
Alcohol 96º ............. 15% (150gr)
El aceite de coco proporciona la espuma, el de ricino mejora la transparencia y el ácido esteárico proporciona dureza (en este caso es fundamental para que tenga consistencia). El azúcar proporciona transparencia y consistencia y el alcohol transparencia.
El proceso es en caliente, mezclando los aceites previamente derretidos, con la lejía previamente mezclada. Por las características del ácido esteárico, la saponificación es inmediata.
Haciendo la base de glicerina
Al mezclar las grasas con los álcalis la masa solidifica de golpe, pero no hay que desesperar y remover hasta que sea homogénea y semilíquida. Para ello tiene que tener bastante temperatura, alrededor de 80ºC. La olla conviene que tenga una altura suficiente para prevenir la posible subida de la masa que puede llegar a hervir por la velocidad del proceso de saponificación del esteárico.
Una vez que todo está bien homogéneo se mete en el horno o baño maría (entre 80 y 90ºC) durante 2 horas para conseguir la saponificación total de las grasas. Ésta se verificará mediante la prueba de pH, bien con fenolftaleina, con tiras o con la lengua.
Cuando esté completada la saponificación se añadirá, a una temperatura de 60ºC, el jarabe previamente realizado con el azúcar y el agua, hasta su completa homogenización, lo que da al jabón un aspecto y consistencia más plásticos.
Por último, hay que añadir (evitando los vapores y lejos de cualquier llama) poco a poco el alcohol. Esto hace que la masa se vuelva completamente transparente y muy, muy líquida. Casi como agua, que nadie se preocupe. Yo a veces uso la batidora a velocidad muy lenta para completar la mezcla.
El resultado hay que colarlo por los posibles restos de jabón no disuelto y verterlo en un molde a ser posible que se pueda tapar dejándolo reposar hasta que se enfríe completamente. Ya debe de estar realizada nuestra base de glicerina.
Posibles problemas al hacer la base de glicerina
Puede suceder que quede una capa superior de espuma que no tiene mayor relevancia al retirarla y puede que parte del aceite no saponificado quede también en esa capa superior. Por eso es tan importante hacer la prueba del pH. Si el jabón tiene un exceso de sosa, nada conveniente, hay que compensar ese exceso añadiendo aceite cuando se refunda la base.
Las variaciones que ofrece la receta son infinitas, como no. Pero hay que destacar la existencia del Propilenglicol y Dipropilenglicol como disolventes a sustituir parte de alcohol o la glicerina y el sorbitol que también produce más transparencia.
También la sal común en cantidad muy moderada produce más dureza lo que permite la utilización de otros aceites.
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